"La mayor gloria de una mujer es que no hablen de ella", dijo Pericles.
Maneras trágicas de matar a una mujer. Nicole Loraux

viernes, 25 de mayo de 2012

Adaptación por Pavís vía Conejero

ADAPTACIÓN
2. La adaptación designa también el trabajo dramatúrgico a partir del texto destinado a ser escenificado. Están permitidas todas las maniobras imaginables: cortes, reorganización del relato, «suavizaciones» estilísticas, reducción del número de personajes o de los lugares, concentración dramática en algunos momentos fuertes, añadidos y textos anteriores, montaje y colage de elementos extraños, modificación de la conclusión, modificación de la fábula en función de la puesta en escena. La adaptación, a diferencia de la traducción de la actualización, goza de una gran libertad; no teme modificar el sentido de la obra original, de hacer decir lo contrario (véanse las adaptaciones brechtianas —Bearbeitungen— de Shakespeare, Molière y Sófocles, y las traducciones de Heiner Müller, como la de Prometeo).
Esta práctica ha hecho que se tome conciencia de la importancia del dramaturgo (sentido 2) en la elaboración del espectáculo. Es imposible una adaptación perfecta y definitiva de las obras del pasado. A lo sumo, es posible, como en el Modellbuch de Brecht (1961), proponer determinados principios de interpretación actoral y establecer determinadas lecturas de la obra que pueden ser útiles para los futuros escenificadores (modelo).
3. El término adaptación es usado a menudo en el sentido de «traducción» o de traslado más o menos fiel, sin que siempre resulte fácil trazar la frontera entre ambas prácticas. Se trata, en tal caso, de una versión que adapta el texto original al nuevo contexto de recepción, con las supresiones y añadidos que se consideren necesarios para su revalorización. La relectura de los clásicos —concentración, nueva traducción, añadido de textos anteriores, nuevas interpretaciones— también es una adaptación, al igual que la operación que consiste en traducir un texto extranjero adaptándolo al contexto cultural y
lingüístico de la lengua de llegada. Llama la atención el hecho de que, hoy, la mayor parte de las traducciones adoptan el título de adaptaciones, lo cual tiende a confirmar que toda intervención, desde la traducción al trabajo de reescritura dramática, es una recreación, y que la transferencia de las formas de un género a otro, lejos de ser inocente, compromete la producción del sentido.

Pavis, pp. 35-36.