de Nicole Loraux
http://ddd.uab.cat/pub/enrahonar/0211402Xn26p13.pdf
¿Un hombre experimenta intensamente placer o dolor? Se dirá que actúa como una mujer, o más bien que da rienda suelta a la mujer que hay en él.
Los griegos plantean, explícitamente y sin reticencias, que existen hombres- hombres, mujeres-mujeres, hombres-mujeres y mujeres-hombres, tal como afirma un pasaje asombroso del tratado hipocrático Sobre la dieta. Demasiada virilidad amenaza al hombre, o al héroe: si, por el contrario, éste libera a la mujer que
lleva dentro de sí, su virilidad se verá realzada. Heracles, el supermacho, neccsita baños calientes (su virtud emoliente, esto es,feminizante, es bien conocida de los griegos), y yo añadiría que en más de una ocasión el héroe se viste de mujer.
¿Quién osaría negar la virilidad de Heracles? Estoy convencida de que el hijo de Zeus sabe sustentarla liberando precisamente su parte femenina.
Porque, más que en cualquier otro lugar civil, en el teatro
se trata de mujeres. De mujeres
y de lo
femenino, sin duda. Pero también de
mujeres en tanto que son a la vez esa raza tan vituperada y la imposible
mitad
de la ciudad.
En la escena trágica, frente a los hombres hay unas mujeres, y a menudo, por lo
menos en Eurípides, ante hombres
inseguros de su virilidad -Jason, Hipólito,
Admeto. ..-, Medeas, Fedras, Alcestis ,
muy diferenrrs entre sí, pero con
un p u n t o en común: se atreven a amar (y también, más de
una vez, a odiar). Mujeres que
aman y hombres que huyen.