"Por el contrario, las mujeres no alcanzan con su muerte violenta el mismo nivel superior que los hombres. En un sentido u otro, su deceso es considerado siempre como una especie de sacrificio necesario (para limpiar la honra del marido o de la familia). Sus fallecimientos no son admirables ni censurables: son el fin lógico de su papel secundario en el mundo. Las mujeres no mueren heroicamente, sino trágicamente".
Fragmento de
“Pongan cuidado, muchachas, miren cómo van viviendo”.
Los feminicidios en los corridos, ecos de una violencia
censora
GABRIELA NAVA
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM